Confieso que antes me daba vergüenza eso de estar metiendo cosas en mi cartera durante un cocktail o una comida. Luego me fui convenciendo de que lo realmente vergonzoso es el despilfarro, la inconsciencia y la indiferencia sobre de donde vienen y a donde van los objetos y los alimentos que consumimos todos los días. Por ejemplo, estos mini-cacharritos plásticos tan chulos, utilizados para servir mini-porciones de yanomeacuerdoqué en un cocktail parisino muy chic, muy "branché" y muy sucio si nos imaginamos la cantidad de desechos al final de la fiesta.
Por lo menos estos pequeñines se salvaron de la muerte prematura a la cual estaban predestinados...
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