Todo comienzo tiene un final... feliz!

En la apoteosis de los tomates y los proyectos de bolsos, la preocupación y la tristeza se hacían cada vez más presentes: La propietaria del apartamento nos había anunciado, a M. P y a mí, que deseaba recuperar el apartamento y que teníamos 6 meses para encontrar otro. 

Para las y los que no viven en París, entre el aumento de los alquileres y el hecho (comprensible ;-)) de que mucha gente quiere vivir en París, encontrar un apartamento aceptable se vuelve "le parcour du combatant". Para comenzar, es mejor aprender a filtrar las anécdotas de los amigos y de Internet, y a afinar la intuición como arma contra la paranoia y las estafas.

El cuadro típico: preguntas el último en el primer piso de un edificio sin ascensor para ver un apartamento en el sexto piso. Para entretenerte observas la cola: en su mayoría parejas con el mismo perfil socio-económico que el tuyo y de tu chéri. Cuando llegas al sexto piso ya te sientes como un perfecto clon, y como un perfecto clown que se creía original. El apartamento te parece horrible y el alquiler irracional, pero los demás clones se precipitan para dejar sus "dossiers" y se esfuerzan por causar una buena impresión en el propietario o el agente inmobiliario. Escuchas los comentarios a tu alrededor y por suerte ya no te sientes como un clon, porque todos los presentes parecen adorar el apartamento.

Les ahorro los detalles banales de la búsqueda, no así los realmente espeluznantes, como aquella moqueta azul marino-neón que todavía me provoca pesadillas, o aquel apartamento "sin vis à vis" que comparto con ustedes por si tienen un niño majadero puedan decirle "Si no te portas bien, te llevaremos a vivir a París...".

Si he dañado la sensibilidad de algunos con esta foto, por favor, no señalen un abuso, no vaya a ser que me cierren el blog... En realidad, según la ley, "ceci n'est pas un vis-à-vis", puesto que los dos edificios del frente están en ángulo! 

También pasé por dos depresiones, una ligera cuando después de ver un apartamento oscuro y decadente me encontré en la parada del metro con la única compañía de unos simpáticos ratoncitos, tan felices de vivir bajo tierra... La depresión más profunda fue después de haber visitado una casita rodeada de jardines, en pleno centro de Belleville, y de haber decidido con M. P. que era demasiado cara.

Siempre que regresaba a nuestro apartamentico y miraba mi huerto, la vista despejada, los techos de París... me decía que no era tan mala como para que el karma me expulsara de mi pequeño paraíso. En este punto de la historia M. P. estaba de viaje, pero me enviaba anuncios para apartamentos que al final dejé de visitar, porque nada más de ver el anuncio me daban ganas de enterrar la cabeza debajo de una postura de pimientos o de esposarme a la reja del balcón, llegado el momento. 

Al final no sé si fue la Madre Natura o La Madre de los Tomates, no menos famosa y poderosa, por lo menos en Cuba, la que intercedió por mí en el Ministerio Celeste de la Vivienda. Además de que practico el pensamiento positivo (entre nos: FUNCIONA). Un día M. P., que se había vuelto más selectivo con los anuncios a fuerza de huelga de visitas, me envió un anuncio inquietante: demasiado parecido a una estafa (el propietario vivía en África...), demasiado barato, demasiado bueno para ser verdad... Pero bueno, después de todo el mes de agosto no es el más indicado para las estafas inmobiliarias, pues no queda mucha gente que estafar en París. En fin, que fui a la visita y me encontré con este espectáculo:

El bolso lo conocen de aquí

Y, como si fuera poco, con esto (en reparación):

La cabeza me daba vueltas, las piernas me temblaban y el corazón se me quería salir. ¡Era el famoso "coup de foudre" francés! Respiré profundo, adopté un aire desapegado, hice unas cuantas preguntas bien escogidas al dueño y, reteniendo la respiración, le entregué el único ejemplar del "dossier" que habíamos preparado M. P. y yo (incluidas las fichas de pago falsas, ya que M. P es intermitente del espectáculo ;-)). Era Aquello o nada.

Como ya pueden imaginar, fue "Aquello", nuestro final feliz :-)

¡Ahora sí tengo espacio para sembrar hasta calabazas! ¡Yupiiiiiiiiiii!!!!!!!!